La fiesta de Pentecostés es una gran alegría luego de la Resurrección. El Padre Jorge Laplagne les explicó a los niños y niñas del 3° B que, para que no nos quedáramos huérfanos, Jesús nos envía al Espíritu Santo.

Los niños llevaron hasta el altar un cirio, que representa la luz de Cristo. También presentaron al Señor una vasija de agua, que el sacerdote bendijo y repartió sobre los niños.

Cada uno de los pequeños hizo un compromiso que plasmó en una flor, signo de alegría por la venida del Espíritu Santo. Finalmente, ofrecieron unas llamitas que repartirían entre sus familiares y amigos para difundir los dones del Espíritu.