JUEVES SANTO
Con la celebración de la Misa de la Cena del Señor, como comunidad marista, iniciamos el Triduo Pascual, que es, el corazón y centro de todo el Año litúrgico.

Cada Jueves Santo, celebramos el memorial de la Institución de la Eucaristía, la prolongación de la presencia de Jesús en sus sacerdotes y su entrega en su pasión y muerte de cruz que se prolonga en la vida del cristiano a través del mandamiento del amor.

Haciendo vida este signo del amor fraterno de Jesús en la Última Cena, el sacerdote lavó los pies a doce niños y niñas de nuestra comunidad que representaron a los Apóstoles.

Finalizada la Eucaristía, con devoción y gratitud, trasladamos en procesión acompañados de niños y niñas con cirios encendidos, a Jesús Sacramentado hacia la Capilla junto al Rincón Mariano, donde se preparó el monumento en espera de la Resurrección.

VIERNES SANTO
Día de la Pasión del Señor, dimos inicio al Vía Crucis, en nuestro Colegio y alrededor de él. Cada estación estuvo animada por diferentes miembros de nuestra comunidad marista: CEPA, CAE, MARCHA, Delegados de Pastoral, EME, Catequistas, Administrativos, Profesores, Fraternidades, entre otros.

Una jornada muy especial vivieron los alumnos de enseñanza media de nuestro colegio, que a través de la asesoria de MARCHA se reunieron a vivir la solidaridad, la oracióh y el encuentro durante viernes y sábado.

Finalizamos el recorrido en el Capilla Central, donde participamos de la celebración de la Pasión del Señor, que fue animada por la Comunidad de Hermanos de nuestro Colegio. En ella, compartimos la Palabra de Dios, oramos por todos los hombres, creyentes y no creyentes, adoramos la Santa Cruz en la que Jesús se entregó por nosotros y recibimos el Cuerpo del Señor, alimento de vida eterna.

VIGILIA PASCUAL
El Sábado por la noche, nos reunimos nuevamente como familia marista, para celebrar la resurrección del Señor, participando de la Vigilia Pascual, que es la madre de todas las vigilias.

Iniciamos en el patio de la Sección Básica, con la bendición del fuego desde el cual se encendió el Cirio Pascual, símbolo de Cristo resucitado, Luz del mundo, vencedor de la muerte.

Con nuestros cirios encendidos, participamos del anuncio de la resurrección mediante el Pregón Pascual y recorrimos la Historia de la Salvación desde la Creación hasta la gloriosa Resurrección del Señor, marcada con el alegre Himno de Gloria.

Posteriormente, participamos de la Liturgia Bautismal. En ella renovamos nuestras promesas bautismales y renunciando al mal, profesamos nuestra fe.

Fue una celebración alegre y familiar, en la que vivimos la felicidad de la Resurrección al estilo marista legado a la Iglesia por nuestro fundador, San Marcelino Champagnat.

Finalizada la Eucaristía, el Centro de Padres nos invitó a compartir un chocolate caliente, como signo de fiesta y fraternidad. Nuestra inmensa esperanza se hizo fiesta con la animación del Grupo Scout.