La mañana comenzó igual que todas. Sonó el timbre y los 130 alumnos que este año egresan, tranquilamente fueron a sus salas. Sin embargo, aquel día 31 de octubre, los cuadernos y las pruebas no fueron consideradas, las clases no se realizaron y no hubo a quien hacer callar.
Cada uno vestía con el uniforme oficial -camisa y corbata-, tenida que probablemente, para muchos, solo fue utilizada en actos importantes o en su primer día de clases, pero a pesar de aquel rechazo a la formalidad que se les escuchó decir más de alguna vez, todos sonreían y vivían el momento.

La jornada inició en la Capilla Central. Una oración realizada por el educador Jaime Godoy abrió el espacio. Junto a ellos, el Director de Sección, Jorge Rodríguez, brindó palabras de aliento y felicitación. Invitado especial fue el educador de la Sección Inicial, Jorge Concha, profesor de muchos que ahora egresan. Él también compartió bendiciones y mensajes de ánimo para el gran camino que se aproxima.

Luego de ello, un desayuno los esperaba en el casino. Junto a sus profesores, los jóvenes compartieron -probablemente- la última merienda en dicho espacio. Luego de 30 minutos, comenzaron a salir en dirección al patio final de su estancia acá y al traspasar las puertas, fueron esperados por los compañeros y compañeras de las Secciones Media Inicial y Básica, quienes formaron un túnel para acompañar su tránsito. En medio de aplausos, gritos y silbidos, los egresados recorrieron por última vez los lugares que marcaron hitos en su historia escolar, las etapas que les permitieron continuar el ciclo. Educadores y educadoras también acompañaron tal afectuoso reconocimiento.

Finalizado aquello, nuestros jóvenes se dirigieron hasta el patio central de la Sección Inicial. Allí eran esperados por los compañeros más pequeños del colegio. La Directora de Sección, Carmen Gloria Fuentes, los recibió con profundas palabras de cariño y recogimiento. "Recuerden que aquí iniciaron este gran camino que hoy termina". Sumada a ella, las educadora Lestenia Navarro y Verónica González realizaron una oración de encomienda, en la que se pidió por el presente y futuro de cada joven. Cada egresado escribió en un corazón de papel sus deseos e intenciones para la nueva etapa que asoma detrás de sus expectativas.

Cada uno amarró dicho corazón a un globo que fue soltado hacia el cielo perdiéndose entre las nubes y el sol. Todos aplaudieron y disfrutaron. Entre abrazos y llantos, los egresados vivieron la despedida y también el reencuentro con el momento presente: "él último día de clases"

Mientras eso ocurría, a la Sección Superior poco a poco iban llegando las mamás y los papás de nuestros egresados. Una ceremonia más hacía falta para cerrar la etapa: la firma en el libro de Ex Alumnos. Cada alumno pasó a perpetuar, de manera simbólica, su paso por el colegio. Acompañado de sus padres, quienes orgullosamente mostraban rostros de alegría y satisfacción.

Ahora, ellos se encuentran realizando ensayos y preparando sus últimas cartas antes de la Prueba de Selección Universitaria, pero sin ser "escolares" o "pingüinos", ellos han terminado y les deseamos el mejor de los éxitos en cada uno de sus proyectos. Felicidades Generación 2017.

(Aquí un pequeño recuento fotográfico)