El 6 de junio es el día en que San Marcelino Champagnat partió al encuentro del Padre, en el año 1840. En nuestro colegio, recordamos esa fecha con distintas reflexiones.

En el patio de Media Inicial, los niños y jóvenes realizaron un trabajo artístico, plasmando en distintos carteles lo que más destacan de la vida del Fundador.

Por su parte, los alumnos y alumnas de las secciones Básica y Media Superior celebraron una eucaristía recordando el legado de Champagnat. En la oportunidad, pudieron escuchar el testimonio del Hno. Hernán Cabrera, quien compartió su dedicación a hacer realidad el sueño de Marcelino entre los niños, niñas y jóvenes.

Al día siguiente, el colegio completo era una verdadera fiesta, con distintas actividades recreativas. Los reyes y reinas de las alianzas de Básica encabezaron las competencias, donde los alumnos y alumnas pusieron todo su esfuerzo para ganar y pasar un rato agradable con sus compañeros. Baile, canto y juegos se llevaron a cabo tanto en el patio de la Sección como en el Gimnasio del colegio.

Por su parte, los jóvenes de Media Inicial y Superior se desplegaron en sus patios para llevar a cabo las distintas pruebas que les propusieron los integrantes de CREAR y del CAE. Coreografías, escenas de películas, representaciones históricas y más fueron parte de los creativos desafíos que tuvieron que enfrentar.

Mientras, el circo llegó a la Sección Inicial. Los más pequeños pudieron disfrutar de un entretenido espectáculo de acrobacias y malabarismo que los tuvo pendientes en todo momento de los artistas. La fiesta terminó con la discopatio, donde toda la Sección — tíos, tías, niños, niñas y hasta el Hermano Feliciano — lucieron sus disfraces y bailaron al ritmo de la música.

Nuestro Fundador

Marcelino Champagnat, nació el año 1789, el mismo año de la Revolución Francesa, en Rosey al sur de Lyon. Sus padres, Juan Bautista y María Teresa, tuvieron 10 hijos, Marcelino fue el noveno. Durante su infancia, trabajó en casa y a los catorce años, pasó por su casa un capellán. "Tienes que estudiar para ser sacerdote. Dios lo quiere", le dijo, y Marcelino se decidió.

Ingresó en el Seminario menor y comenzó sus estudios con muchos problemas: como no había ido a la escuela, apenas sabía leer y escribir. Pero Marcelino no se desanimó y continuó estudiando. Fue ordenado sacerdote y lo destinaron a La Valla. En el pueblo los niños no tenían escuela ni catequesis, y los mayores apenas iban a la iglesia. Marcelino empezó a hablar con la gente y se hizo cercano a todos.

Tras una fuerte experiencia con un joven moribundo, llamado Montagne, decide fundar una congregación de Hermanos que se dedicaran a la enseñanza y a la catequesis de los niños y jóvenes, especialmente los más necesitados. Enseguida dio los primeros pasos, y el 2 de enero de 1817 reunió, en una casita alquilada cerca de la parroquia, a dos jóvenes que le habían manifestado su deseo de ser religiosos: Juan María Granjon y Juan Bautista Audras. Al cabo de un año, Marcelino abrió una escuela en La Valla y luego vendrían muchas más.

Su austeridad personal y el trabajo incansable fueron minando su salud. Murió en la madrugada del 6 de junio de 1840, a los 51 años, rodeado de sus Hermanos. Sus restos descansan en la capilla de Ntra. Sra. de L'Hermitage. Marcelino Champagnat fue declarado Beato en Roma, por S. S. Pío XII, el 29 de mayo de 1955. La ceremonia de canonización fue celebrada el domingo 18 de abril de 1999.