“Juventud Marista de Santiago” decía el lienzo que presidió a los caminantes de nuestro colegio en la Peregrinación juvenil a Rautén. El encuentro de Champagnat con el moribundo joven Montagne fue la motivación durante todo el recorrido, con estaciones a cargo de distintos colegios de nuestra red.

La travesía comenzó en el Colegio Diego Echeverría de Quillota. La 1ª estación se centró en la presencia de la necesidad, a cargo del Instituto San Martín de Curicó. El acompañamiento personal y espiritual fue el tema de la segunda parada, a cargo del Instituto Chacabuco de Los Andes. El encuentro con la muerte fue la impactante estación que le correspondió al Colegio Marcelino Champagnat.

En el Monasterio de las Religiosas Benedictinas se situó la 4ª estación, que recogió los sueños de los jóvenes, a cargo del Colegio Champagnat de Villa Alemana. Finalmente, el Instituto San Fernando rescató la mirada de los jóvenes al Bicentenario de la Congregación: ¿Cómo me gustaría ver la Obra marista de Chile en el 2017?.

La cancha de Rautén Bajo fue el destino final, donde los peregrinos fueron recibidos por los representantes del CNSA de La Serena. Los actos artísticos que se presentaron en el lugar fueron coordinador por el IRA de Quillota, mientras a nuestro colegio le correspondió hacerse cargo de los juegos masivos para animar los ratos libres.

La actividad culminó con la eucaristía, en manos del IO de Rancagua. Los jóvenes, con su vitalidad, energía y alegría, fueron los protagonistas en todo momento. Incluso, algunos fueron ministros extraordinarios de comunión en la celebración final.